Cordón Sanitario: ¿una vía alemana contra los partidos de extrema derecha?”

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Descubra cómo actúa Valonia contra los partidos de derecha: el “cordón sanitario” mediático reduce su presencia y sus éxitos.

Erfahren Sie, wie Wallonien gegen rechte Parteien vorgeht: Der mediale „cordon sanitaire“ reduziert ihre Präsenz und Erfolge.
Descubra cómo actúa Valonia contra los partidos de derecha: el “cordón sanitario” mediático reduce su presencia y sus éxitos.

Cordón Sanitario: ¿una vía alemana contra los partidos de extrema derecha?”

En el debate sobre el trato dado a los partidos de derecha en los medios de comunicación, Bélgica está atrayendo la atención de muchas maneras. El “cordón sanitario mediático”, un cortafuegos mediático, se introdujo hace 30 años y desde entonces ha contribuido decisivamente a que ningún partido de extrema derecha pueda afianzarse en el parlamento valón. Según trailer-ruhr.de, los medios de comunicación valones, en particular la emisora ​​pública RTBF, han decidido sistemáticamente no ofrecer una plataforma a estos partidos.

Esta exclusión selectiva, que no incluye invitaciones a entrevistas en vivo o programas de entrevistas, significó que candidatos de extrema derecha como “Chez Nous” obtuvieron menos del 2% de los votos en las últimas elecciones. En Flandes, por el contrario, el conservador de derecha Nieuw-Vlaamse Alliantie y el ultraderechista Vlaams Belang obtuvieron cada uno alrededor del 20% de los votos. Esta discrepancia plantea dudas sobre la legitimidad de los partidos de derecha, como señala la politóloga Léonie de Jonge en su estudio sobre los creadores de medios.

El origen del Cordón Sanitario

El origen del “cordón sanitario”, que también se considera una responsabilidad social y democrática, se remonta a principios de los años noventa. En aquel entonces, el término revivió después de las elecciones de 1991. El objetivo era impedir la colaboración con la extrema derecha después de que el Vlaams Blok lograra éxitos importantes. Jean-Pierre Jacqmin, director de la RTBF, confirmó que muchos periodistas franceses consideran que esta práctica es incomprensible. Un ejemplo es Géraldine Maillet, que habló de la influencia de las ideas de extrema derecha en el programa “Touche pas à mon poste”, mientras que Jim Nejman de LN24 explicó que un “cordón sanitario” no apoya las ideologías peligrosas existentes en los medios belgas.

Este cordón no fue cuestionado legalmente y fue confirmado por el Consejo de Estado en 1999. Curiosamente, esta regulación no sólo se aplica a los partidos de extrema derecha, sino que también se ha aplicado a posiciones islámicas fundamentalistas, mientras que los grupos de extrema izquierda no se ven afectados. Sin embargo, los expertos advierten que problemas sociales como las altas tasas de desempleo y los bajos ingresos medios pueden servir como caldo de cultivo para actitudes populistas de derecha.

Comparación con otros países

Una mirada más allá de las fronteras nacionales muestra que la presencia mediática de AfD en Alemania pinta un panorama significativamente diferente. En este caso, el contenido populista de derecha se beneficia de una cobertura informativa exhaustiva. El caso de Björn Höcke, que mostró su “actitud patriótica” en un programa de entrevistas en 2015, es un ejemplo de la influencia que pueden tener este tipo de apariciones en los medios. Una propuesta que se está discutiendo es implementar un “cordón” similar en Alemania para reducir la presencia de AfD en los medios. En Luxemburgo, por ejemplo, se critica a la revista “Forum” por no ofrecer una plataforma al partido populista de derecha ADR durante dos años, a pesar de que este partido obtuvo alrededor del 10% de los votos en las últimas elecciones.

En resumen, la política de medios belga ilustra la influencia decisiva que los medios pueden ejercer en el panorama político. Si bien Valonia trata responsablemente a la extrema derecha mediante el uso eficaz de los medios de comunicación, la cuestión sigue siendo si se podrían implementar modelos similares en otros países para controlar su ascenso. Si bien Bélgica puede recordar décadas de experiencia con el “cordón sanitario”, otros países como Alemania enfrentan el desafío de aprender de estos hallazgos.